“No deberíamos tener que faltar a clase por luchar contra el cambio climático” Llega sola, cargando con un cartel de madera. Una lluvia fina cae sobre su chubasquero amarillo de varias tallas más de lo que debería y que esconde su figura menuda. Cruza los arcos del majestuoso edificio del Riksdag, el Parlamento sueco, y sigue andando en línea recta, ignorando el trajín de la calle. Son casi las ocho de la mañana del viernes y en la plaza de Mynttorget ya hay gente esperándola. Ella apenas intercambia algunas palabras y coloca su cartel al lado de una jardinera: Skolstrejk for Klimatet, huelga escolar por el clima. En este lugar del centro de Estocolmo empezó todo en agosto. Fue cuando Greta Thunberg, hasta entonces conocida por ser la hija de una famosa cantante sueca de ópera, emprendió la protesta que la convertiría en pocos meses en el símbolo del movimiento juvenil de lucha contra el cambio climático que promete llenar las plazas en la huelga mundial del 15 de marzo.
Llega sola, cargando con un cartel de madera. Una lluvia fina cae sobre su chubasquero amarillo de varias tallas más de lo que debería y que esconde su figura menuda. Cruza los arcos del majestuoso edificio del Riksdag, el Parlamento sueco, y sigue andando en línea recta, ignorando el trajín de la calle. Son casi las ocho de la mañana del viernes y en la plaza de Mynttorget ya hay gente esperándola. Ella apenas intercambia algunas palabras y coloca su cartel al lado de una jardinera: Skolstrejk for Klimatet, huelga escolar por el clima. En este lugar del centro de Estocolmo empezó todo en agosto. Fue cuando Greta Thunberg, hasta entonces conocida por ser la hija de una famosa cantante sueca de ópera, emprendió la protesta que la convertiría en pocos meses en el símbolo del movimiento juvenil de lucha contra el cambio climático que promete llenar las plazas en la huelga mundial del 15 de marzo.