Greta, una chica muy especialEra un día de agosto. Viernes. Suecia acababa de vivir una ola de calor sin precedentes. A las 8.30 Greta Thunberg cogió su bicicleta y, pertrechada con una pancarta, se plantó delante del Parlamento, en Estocolmo. La gente la miraba con curiosidad. Estuvo tres horas. El viernes siguiente volvió y esta vez alguien se sentó a su lado. Así comenzó uno de los fenómenos más sorprendentes de los últimos tiempos, el movimiento de estudiantes por el clima, que ha parado colegios e institutos de todo el mundo en protesta por la desidia de los adultos ante el cambio climático. Thunberg tenía 15 años cuando prendió la llama de una protesta que a los seis meses era ya global.
Era un día de agosto. Viernes. Suecia acababa de vivir una ola de calor sin precedentes. A las 8.30 Greta Thunberg cogió su bicicleta y, pertrechada con una pancarta, se plantó delante del Parlamento, en Estocolmo. La gente la miraba con curiosidad. Estuvo tres horas. El viernes siguiente volvió y esta vez alguien se sentó a su lado. Así comenzó uno de los fenómenos más sorprendentes de los últimos tiempos, el movimiento de estudiantes por el clima, que ha parado colegios e institutos de todo el mundo en protesta por la desidia de los adultos ante el cambio climático. Thunberg tenía 15 años cuando prendió la llama de una protesta que a los seis meses era ya global.